UNA SÚPLICA AL PAPA BENEDICTO XVI.
Por: B. Manuel Villagómez Rodríguez.

El Papa Benedicto XVI en su largo peregrinar por el mundo, encuentra pueblos y comunidades que claman justicia terrenal y divina; tal es el caso de nuestros hermanos de las comunidades de Temacapulín, Acasico y Palmarejo de los Municipios de Cañadas de Obregón y Mexticacán, enclavadas en los Altos de Jalisco, en las cuales, el poder terrenal ha decidido programar el derribo, inundación y destrucción de los Templos de Temacapulín en donde se venera la Virgen de los Milagros; el de Acasico en donde se venera la Virgen de los Remedios y en esta misma comunidad el Templo del Niño de Flamacordis en donde se venera su imagen.

De esta manera, en una acción de ateísmo salvaje del poder terrenal, están dispuestos a pisotear las imágenes de la Virgen, representantes de la Madre del Hijo de Dios, ignorando premeditadamente a nuestros hermanos de los Altos de Jalisco que son católicos ancestrales y su fe es de origen romano, siempre fieles ahora del Papa Benedicto XVI a quien invocan que, en su calidad de Vicario de Cristo, sucesor de San Pedro y Padre Espiritual de todos los fieles católicos, interceda ante el Dios supremo a fin de que se haga un milagro y las autoridades suspendan esta acción antirreligiosa en contra de ellos, salvando los Templos, sus altares y Santitos que nuestros hermanos llevan grabados en su mente y en su corazón.

La autoridad terrenal tiene otras alternativas para dotar de agua a las ciudades de León y Guadalajara, antes de caer en el sacrilegio de profanar lo más sagrado de las familias alteñas que es su fe.
Si el Papa Benedicto intercede ante el ser supremo y se salvan estos Templos, sin duda alguna esto sería un milagro para Jalisco y México; queda la propuesta para quienes tienen el privilegio de comentar con el Sumo Pontífice este caso que, por cierto, estará a muy pocos kilómetros del Cristo de la Montaña del Cerro del Cubilete, ser espiritual que vigila desde lo alto que no cunda la anti religiosidad en el corazón de los Altos de Jalisco al destruir la fe católica de sus habitantes.

La lucha que por seis años han librado los habitantes de estas comunidades en defensa de sus templos, está debidamente registrada en la prensa y con todas las autoridades Municipales, Federales y Estatales a donde han recurrido, incluyendo los tribunales internacionales; sin dejar de mencionar el Poder Judicial del Estado de Jalisco, el Poder Ejecutivo y lógicamente el Poder Legislativo, poderes que hasta el día de hoy han sido omisos en la aplicación de las leyes y en el incumplimiento de los acuerdos del poder judicial que han sido a favor de estas comunidades, de ahí que ahora por diversos medios están tratando de que su problema sea conocido por el Santo Padre Benedicto XVI.

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