Por: B. Manuel Villagómez R.

El llamado de Miguel Hidalgo fue un auténtico grito para independizarnos del imperio español que nos dominó por 300 años a México. Hoy, gracias a ese grito, somos los Estados Unidos Mexicanos, tenemos la Constitución con 136 artículos y 9 capítulos pero, a nuestra Constitución la han prostituido los mismos que han jurado respetarla y hacer que se cumpla. Veamos el caso de Peña Nieto que, como candidato y luego como presidente electo, aceptó negociar con los intereses fácticos un cambio a la Constitución para entregarles el petróleo del Golfo de México, el del Caribe, el de los estados de Veracruz, Tabasco, Campeche y Tamaulipas; así como el gas, la luz y las telecomunicaciones. Estas negociaciones quedaron en un PACTO que, a las 48 hrs. de ser presidente, de haber tomado posesión, ya lo tenía aprobado; por supuesto que Peña Nieto no lo leyó y tampoco la mayoría de los senadores y los diputados federales no salieron a sus distritos a consultar ni los senadores a los estados, porque los mismo intereses referidos obligaron a Peña Nieto a que blindara las dos cámaras con el ejército, la marina y la policía para que los legisladores aprobaran después del PACTO, las leyes estructurales y secundarias, a fin de poder engañar al pueblo con las rondas y el otorgamiento de concesiones en un marco de corrupción encubierta de ilegalidad, todo a espaldas de Juna Pueblo. Así, prostituyó nuestra Constitución, incluso cambió los estatutos del PRI para que ya no defiendan el petróleo ni a PEMEX, además que el PRI fue el desván acertado para que Peña Nieto nos pegara el gasolinazo votando todos ignominiosamente en contra de Juan Pueblo y a favor de la acumulación de la riqueza con nuestros recursos naturales. Ahora estamos renegociando el TLC y vemos que son los mismos personajes que contrató Salinas para integrar la economía a la del imperio yanqui, y no estamos en contra de firmar tratados, acuerdos o convenios con E.U. no, pero sí advertimos que en estas negociaciones se privilegian los intereses particulares por encima del interés colectivo y la deuda del actual TLC con Juan Pueblo ahí está, la riqueza acumulada, generalizando la pobreza, porque la renegociación como bien lo dijera el Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo: “el TLC se está negociando a espaldas del pueblo y no se debe firmar hasta que no exista un referendo” y esta frase lapidaria hay que recordarla porque la renegociación se está haciendo exactamente igual y, en algunos aspectos hasta peor porque ahora están encerrados como en un casino, jugando un póker cerrado, nadie abre sus cartas pero todos dicen tener el juego seguro, que es proteger sus poderes fácticos energéticos y que desaparezca PEMEX, se garantice la privatización del agua y los pocos servicios que controla la federación, los gobiernos estatales y municipales. El TLC actual tiene un déficit con los 3 millones de campesinos de la CNC del PRI, los 17 millones de trabajadores que tenemos en el IMSS, la mayoría de la CTM del PRI, los tianguistas, comerciantes ambulantes y sindicatos de la CNOP del PRI, estos sectores están molestos hasta el hartazgo con su partido, claro que hay voces del partido alabando a nombre de los grandes capitales que son y van a seguir siendo los grandes beneficiarios de este sistema corrupto y antisocial del PRIANATO que roba pero dejar robar ¡qué cinismo! Ante este panorama, el grito de independencia más bien sonó a la fiesta de la DEPENDENCIA del imperio yanqui a quien hemos integrado nuestra economía, los grandes logros del TLC a menos de 100 familias, por ello, ante este panorama, el grito de la independencia más bien suena como a fiesta de la DEPENDENCIA del PRIANATO.

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