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CORREO ENVIADO DEL ING. FERNANDO RUEDA LUJANO A MANUEL VILLAGOMEZ R.
Enviado por fundacionadmin el Mar, 08/02/2011 - 23:44.
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CORREO ENVIADO DEL ING. FERNANDO RUEDA LUJANO A MANUEL VILLAGOMEZ R.
De: Fernando Rueda Lujano
Fecha: 5 de julio de 2011 21:48
Asunto: Re: EL CONSEJO ACADEMICO DEL AGUA Y EL ZAPOTILLO
Para: fundación Chapala
Señor Manuel Villagómez:
Atendiendo su invitación, anexo envío mis comentarios a su columna. Saludos cordiales.
Fernando Rueda Lujano.
Sr. Manuel Villagómez Rodríguez:
A pesar de que lo pensé varias veces, no me pude resistir a su invitación para comentar por escrito su columna publicada en el diario El Occidental del 28 de junio del presente año. He leído con interés y detenimiento su columna relacionada con el Consejo Académico del Agua en la que hace referencia a mi nombre como representante de la AMH que, para su conocimiento, quiere decir Asociación Mexicana de Hidráulica a la que pertenezco desde 1971. Esta Asociación nació hace 45 años en el seno de la Secretaría de Recursos Hidráulicos en la que trabajé desde mis primeros años como ingeniero civil pero que desafortunadamente desapareció en 1976 con el desacuerdo por escrito al presidente de la república de aquel entonces y manifestación en contra de nuestros socios en la plancha del Zócalo. No sé si usted sabe pero esa Secretaría se hizo cargo de la construcción de grandes presas hidroeléctricas y de riego que dieron viabilidad al desarrollo regional y fortaleza a la economía mexicana.
Al triunfo de la Revolución Mexicana el entonces presidente Plutarco Elías Calles optó por realizar un contrato con la empresa White Engineering Corporation para que trajera a México algunos ingenieros verdaderamente notables y experimentados, los cuales no sólo pusieron las bases de la irrigación moderna en nuestro país, sino que hicieron escuela entre los ingenieros mexicanos. Estos ingenieros fueron, entre otros, Andrew Weiss, Paul Waitz y Max W. King. En 1933, al concluir el convenio con la White, se formó el Consultivo Técnico conducido por estos tres personajes que decidieron permanecer en México por varios años más. A partir de la década de los años 1930, se integraron a la CNI una gran cantidad de ingenieros hidráulicos entre los que destacan Aurelio Benassini, Manuel Anaya y Sorribas, Antonio Coria Maldonado, Francisco Torres Herrera, Fernando Hiriart Valderrama, Oscar Vega Arguelles. En lo personal me siento muy afortunado porque tuve el privilegio de conocerlos, aprender de sus clases en la Facultad de Ingeniería de la UNAM y abrevar del conocimiento de algunos de ellos en visitas y trabajos de campo en diversas presas que se construyeron en la década de los setentas.
En su columna usted manifiesta que el “científico español en Hidrología” cuando visitó el sitio de Arcediano declaró que de todos los proyectos que había conocido en el mundo este era “el más estúpido”. Valiente declaración de quien, sin conocer los antecedentes y con una sola visita desecha un proyecto. Por algo no es ingeniero sino un físico respetable que ya fue convencido por un geohidrólogo de su país que la solución al abasto de agua a las ciudades son las aguas subterráneas y que hay que recargar los acuíferos. Como si esa fuera una solución sencilla y de corto plazo.
En el año 2000 regresé a Guadalajara donde ya antes había trabajado como funcionario federal y tuve el honor de participar como consultor externo en el grupo de trabajo que se formó con el propósito de analizar 52 alternativas para el abastecimiento de agua potable a la Zona Metropolitana de Guadalajara y no recuerdo haberlo visto en las mesas de trabajo. Los trabajos de ese grupo fueron coordinados por mi amigo, que en paz descanse, Ing. Carlos Orozco y Orozco, férreo defensor, al igual que el suscrito, de las presas de almacenamiento por nuestra formación en el campo de la ingeniería y por el orgullo de participar en el desarrollo de las regiones.
Después de casi un año de trabajo, el grupo llegó a la conclusión de que la opción más atractiva consistía en aprovechar las aguas subterráneas del acuífero San Isidro donde ya se disponía de 7 pozos profundos ya perforados y más de un kilómetro de acueducto construido a lo largo de la ampliación de la carretera a Morelia. Desafortunadamente el proyecto no procedió por la fuerte oposición del municipio de Tlajomulco y los agricultores de la zona. A partir de esos resultados y por instrucciones del grupo de trabajo hicimos el análisis técnico- económico y se concluyó que era
importante llevar a nivel ejecutivo las alternativas número 2 y 5 correspondientes a los proyectos de presas Loma Larga y Arcediano. Loma Larga tenía como desventaja un costo por metro cúbico de 2.25 pesos y tenía una mayor complejidad de construcción ya que sería necesaria la construcción de varios túneles y sifones para llegar a San Gaspar. Arcediano costaba 2.04 pesos por metro cúbico pero tenía el inconveniente de captar aguas que requerían un gran esfuerzo de saneamiento del río Santiago y la inundación de centrales hidroeléctricas de la CFE. Al final ya sabemos que Arcediano es un proyecto difícil y que tuvo una gran cantidad de opositores, incluyendo la organización que usted representa y ahora solo nos queda esperar el resultado alterno de las presa Zapotillo y Purgatorio. En el año 2000 ya sabíamos que el gobierno federal había reservado las aguas de la cuenca del río Verde para el agua potable de Guadalajara, León y los Altos de Jalisco. La presa el Salto es testigo mudo de un proyecto que espera su conclusión para ser utilizadas ya sea para los Altos o bien para Guadalajara.
Sabemos que el grupo que usted representa se opone a cualquier proyecto que no sea Loma Larga o la utilización de las aguas de lluvia en la ciudad para recarga de acuíferos. Le manifiesto que esta última opción es difícil e ignora el concepto de economía de escala. Me parece que hay marcados intereses de quienes poseen los medios para perforar pozos de infiltración y hasta se han atrevido a proponer que se requieren más de 18,000 pozos para “resolver el problema”. Sin embargo, les hemos demostrado en diversos foros técnicos, en los que usted ha estado ausente, que su propuesta es inviable y hasta perjudicial para las cimentaciones de casas y edificios. La infiltración por otros medios como la captación de agua de lluvia en las ciudades es un proyecto que costaría más de 10,000 millones de pesos para obtener tan solo alrededor de un metro cúbico por segundo. La infiltración tampoco es la solución para resolver los problemas de inundación que sufre esta ciudad. En cuanto al proyecto de Loma Larga, los expertos del Consultivo Técnico de la Comisión Nacional del Agua participaron en mesas de trabajo con profesores de la Universidad de Guadalajara y firmaron documentos que expresan los inconvenientes del sitio, particularmente en la margen derecha donde no se garantiza la estanqueidad por no haber cierre geológico y existe una formación inestable que podría deslizarse en presencia de agua. A esas reuniones de trabajo tampoco asistió usted o la gente que representa.
Ante la incertidumbre de no disponer de mayores volúmenes de agua para la Zona Metropolitana de Guadalajara, recientemente el SIAPA manifestó la posibilidad de construir una segunda línea del acueducto Chapala-Guadalajara para disponer de una mayor flexibilidad en la operación del acueducto actual que abastece a más del 60% de quienes vivimos en esta ciudad y por supuesto usted ya manifiesta su oposición y hasta convenció a los alcaldes de la ribera de Chapala. Para su conocimiento, el escurrimiento superficial de la cuenca Lerma-Chapala es de 5,000 millones de metros cúbicos al año pero se extraen 8,000 millones de metros cúbicos, incluidas aguas superficiales y subterráneas. El sector agrícola utiliza el 82% con una eficiencia global que no rebasa el 35% mientras que el agua potable utiliza el 14% incluidas las aguas que se van al valle de México, Guadalajara y la ribera de Chapala. El 4% restante lo utiliza la industria. Guadalajara tiene una asignación anual de 240 millones de metros cúbicos pero por deficiencias en el acueducto tan solo extrae 173.6 millones de metros cúbicos. Con esto se demuestra que Guadalajara no es el villano. Al contrario, a través del SIAPA los tapatíos deben apropiarse del cuidado y la conservación del lago.
Señor Villagómez usted es admirable porque su voz es escuchada por el interés manifiesto que tiene en detener proyectos que son necesarios para la ciudad y por supuesto es lo que venden los periódicos y les gusta a los radioescuchas. Se nota que su dialogo con los técnicos del SIAPA ha sido muy reducido o nulo y solo ve su conveniencia, tal como ha sido su carrera política que del PRI saltó al PAN y al PRD. A estas alturas y ante la inminente campaña electoral del año próximo
¿dónde va a estar? Lo invito a mi oficina para que venga y discutamos este y otros temas porque su opinión es importante, pero por favor venga con mentalidad abierta para ver y escuchar la realidad de esta ciudad que no avanza en la puesta en marcha de los proyectos de desarrollo hídrico por personas como usted.
Le mando un cordial saludo y mis mejores deseos.
Atentamente: Ing. Fernando Rueda Lujano.